lunes, 11 de abril de 2011

MEMORABLE

Sin duda tardará mucho en irse de nuestra memoria el fin de semana que acabamos de pasar, pero empecemos por el principio.
Pese a lo que habían avisado algunos, la gente llegó bastante justita a la cita, eso sí, a tiempo para la cena.
Tras pasar por la habitación (muy humilde) a dejar las cosas, nos fuimos al comedor.
Sinceramente la cosa no prometía, en primer lugar por la edad "avanzada" de los compañeros de fiesta, y después porque algunos miembros de nuestro grupo, parecían llegar algo fríos.
Empezó la cosa con unas duras críticas por parte de Marta a la mantelería, cristalería y vajilla, críticas que a la postre acabarían siendo del descojono general y que ayudaron a que todos empezásemos a animarnos poco a poco, pero lo que realmente marcó un antes y un después fue el primer plato (al que habían precedido unos entremeses fríos).
Dicho plato fue presentado como crema barquereña, pero más bien parecía un puré de verduras "a lo pobre", algunos se negaron a probarlo, otros se sirvieron para manchar el plato y César y Michel comieron como si fuera plato único. Las críticas, comentarios jocosos y las risas, fueron aumentando de tono, empezando a llamar la atención del resto de la sala.
Michel Moreno un poco atónito ante lo que estaba presenciando, sacó la cámara y se puso a grabar fotos y video a diestro y siniestro (nos ha prometido que publicará las fotos en teleamigos).
El segundo plato fueron una chuletas de ternera con patatas, realmente sabrosas y cocinadas "al punto", un plato mas que digno, pero la inercia ya nos llevaba a tratar con escarnio y cachondeo todo lo que se atrevía a ponerse delante nuestro.
Antes de llegar el postre, Oscar gritó lo que se convertiría en el grito de guerra del encuentro "queremos mas puré", que fue secundado sin ninguna vergüenza por algún miembro del grupo.
La algarabía era general, y como podréis imaginar, ya éramos el centro de atención de toda la sala, con tan mala suerte que una columna nos tapaba y solo podían ver a Fermín y Michel Moreno (que estaban pasando un importante apuro, principalmente el primero, ya que el segundo enseguida entró "en fiesta").
Empezó a tocar el grupo, coreábamos los estribillos, nos abrazábamos al ritmo de la música, agitábamos las servilletas y el vino corría con inusual prisa por los vamos sedientos de los comensales, ya no importaba nada, incluso Fermín después de estar poniendo cara de incredulidad toda el concierto, dijo otra frase para el recuerdo "si a mi esta música me gusta un huevo".
Y llegó el baile, y salimos casi en manada, se bailaron cumbias, rancheras, salsa...... y llegaron los cubatas, que unidos al vino, acabaron jugando una mala pasada a algún miembro femenino del grupo, algo falto de entrenamiento en eso del beber, y finalmente, a eso de las 4 de la mañana totalmente derrotados y tras una breve tertulia (no tan breve para alguna mujer del grupo), nos retiramos tranquilos y contentos a nuestras habitaciones.
Al día siguiente ya hay poco que contar, nos levantamos bastante tarde y con resaca, nos fuimos a tomar el vermut a San Vicente, de vuelta al hotel comida y camino de regreso, tras unos efusivos abrazos que denotaban lo bien que lo habíamos pasado.
Sé que dejo por el camino cantidad de anécdotas, unas por mi mala memoria y otras porque creo que deben contarlas sus protagonistas.
Un abrazo a todos y muchas gracias a quienes lo han hecho posible.
Michel.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Queremos fotos!!!!!!!!!
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