martes, 1 de julio de 2008

EFEMÉRIDES

Ayer, 30 de junio, fue el cumpleaños de Chechu. Legendario lateral izquierdo del C.D. Calasanz que creó escuela al subir y bajar la banda cantando las canciones más de moda en esa época. Muchos han intentado imitarle después, pero todos los críticos están de acuerdo en que cómo él no ha habido ninguno.

Otro de sus buenos hábitos era tener frecuentemente la deferencia hacia sus amigos de quedarse el último cuando salíamos por las noches (ya casi hablamos de la prehistoria). Una costumbre que le llevó a conocer a la que ahora es su mujer, Ana. Otra que siempre aguantaba hasta el final, haciendo bueno el dicho de que “si se sale se sale y si no me quedo en casa”.

Tanto quedarse el último, tanto quedarse el último, provocó que al final encontrase su alma gemela. Además ya no quedaba ningún testigo para ponernos a los demás sobre la pista. Y si alguna vez había algún testigo, las condiciones tan lamentables en las que se encontraba a esas horas hacían imposible que al día siguiente pudiera decir nada coherente.

Ahora ya no se prodiga tanto por las noches, pero siempre tiene tiempo de acudir a las cenas que se organizan y además siempre que puede viene a jugar los partidos del fin de semana. Una afición al deporte que está en proceso de trasmitir a sus hijos. En especial a Pablo, al que ya ha enseñado qué equipo es el mejor y por lo tanto de qué equipo hay que ser.

Chechu está haciendo un trabajo brillante. Prueba evidente de que el niño es espabilado y sabe mucho de fútbol, es que cuando nos ha visto jugar ha dicho. “Son todos unos mataos…. Y mi padre también”.

Nada mejor para celebrar su cumpleaños que ir a ver la final de la Eurocopa con sus amigos y su hijo al Palacio de Deportes, a celebrar con la juventud el triunfo de España. Donde todo fue felicidad y felicitaciones y donde solo hubo un punto de desacuerdo. Cuando con el partido acabado, Chechu y Pablo tenían opiniones diferentes sobre lo divertido que sería bañarse en la fuente del parque Mesones a celebrar el triunfo. No fue posible llegar a un acuerdo y decidimos todos marcharnos a casa antes de que la cosa fuera a mayores.

La “resaca” de la victoria española nos ha impedido publicar nuestras felicitaciones antes. Pero no hemos tenido tiempo de sentarnos frente al ordenador desde entonces. No obstante no nos habíamos olvidado:

¡¡Chechu, FELICIDADES!!

Aquí todo era alegría

Pero aquí ya no nos dejaban bañarnos

2 comentarios:

Manute dijo...

Antes de que nadie me toque los cojones diciendo los cumpleaños que me faltan o los que se me han olvidao. Os quiero recordar que estoy esperando que alguien me diga las fechas de nuestros cumpleaños, los de nuestras mujeres y los de nuestro hijos (vuestras mujeres y vuestros hijos) Así que menos tocar los huevos y más colaborar

Anónimo dijo...

Chechu moro, deja a tu hijo bañarse en la fuente,
si te llegan a decir a ti de pequeño que no lo hicieses..........
¡que pronto olvidamos!