Oktoberfest

Debido a la gran acogida que ha tenido la idea, aquí os mando la convocatoria:

Quedamos el viernes a las 10 en el grupo Amaro (Bar el Refugio), de donde partiremos para ir a la plaza de toros a degustar un menú alemán con cerveza (16 euros persona, cerveza incluida).
También os envío el reportaje publicado en el Diario Montañes sobre el Evento, solo deciros que podéis apuntaros haciendo un comentario a esta entrada:


OKTOBERFEST EN LA PLAZA DE TOROS:

Desde el pasado jueves, la capital ya tiene su propia fiesta de la cerveza. Un 'juniofest' a la cántabra con tintes taurinos. Alemania, en el coso de Cuatro Caminos.
Una carpa de más de 2.000 metros recrea el escenario de esa singular jornada nacida del matrimonio del príncipe Luis I de Baviera con la princesa Teresa de Sajonia-Altenburgo. En la cocina, codillo alemán, salchichas Bratwurst y Thüringer, costillares, queso Emmental, ensaladas peculiares, chucrut, arenque, salmón, embutidos o el famoso Brezel. Y, por supuesto, las mejores cervezas con sello germano. Un dato: se han traído a Santander más de 100.000 litros. Maisel´s Weisse de trigo, Bayreuther negra, Veltins de cebada de fermentació natural y Veltins sin alcohol. A la carta.
Jaimas donde se sirve las comandas, zona de mesas y escenario. En total, 16 grifos que rellenarán miles de jarras. Una parrilla enorme pondrá a punto costillas, salchichas y codillos. Además, una panadería y una sección dedicada a licores alemanes (licor de frutas Pampelmuse, aguardiente de cerezas y guindas, aguardiente de peras...). El recinto (acondicionado con tarima de madera y climatizado) tiene una capacidad para albergar a 1.500 personas a la vez.
Tanto a mediodía como por la tarde-noche, la Orchester Musikkultur Deutschland pondrá el sonido. Cuando el sol se despida llegará el turno de los dj´s Miguel Dejota y Luis Bersunses. Música y deporte. Porque la plaza de toros se convertirá también en un gran estadio para ver los partidos del Mundial de fútbol de Sudáfrica. España puede encontrar aquí un refugio para sus seguidores más fiesteros. Una jarra, una comanda contundente y golesdel combinado nacional. Un menú que no tiene precio.
Faltan meses para coger el avión. Para mezclarse con los seis millones de visitantes que pasan por las carpas de un Munich transformado. Para decir 'Danke' a las camareras germanas con su traje típico. Para eso faltan meses. Pero en Santander ya se puede vivir.