lunes, 14 de julio de 2008

TELEAMIGOS TRIUNFA EN PIÑERES

No cabe otro calificativo del fin de semana que hemos pasado en Piñeres que el de “ÉXITO TOTAL”. Desde el concurso de bolos (la actividad central del evento), pasando por el cocido montañes que nos prepara la señora Carmen todos los años o la tradicional visita al mirador y la bolera de los moros y terminando por el sorprendente paseo en 4X4 al puerto del domingo por la mañana. Todo lo que se organizó estuvo genial y gustó a todo el mundo sin excepción.

Pero vayamos por partes desgranando lo que ha sido quizás la mejor actividad que ha organizado el club de Teleamigos o al menos la más emblemática.


VIERNES

Algunos, los de siempre menos Michel, (no nos vamos a engañar) llegaron el viernes por la tarde. Fueron recibidos con alborozo y tras los abrazos y besos pertinentes tuvieron una tertulia divertida esperando al resto de los que llegaron ese día. Para no empezar con tiranteces no solo hablaron si no que empezaron a trabajar para sus amigos.


Gonzalo sr. (Coordinador General del proyecto) fue a buscar las provisiones que se habían encargado para el fin de semana. La señora Carmen y Marga empezaron a preparar la cena en la cocina mientras Manute (Jefe de Sección) se sentaba junto a ellas para participar en la charla y siempre con amabilidad y discreción recordarles qué patatas ya tenían sal y cuales no. Observaciones que siempre fueron bien acogidas.


Como no podía ser de otra manera, la cena estuvo sensacional y no se pudo comer todo lo que se sirvió en la mesa. Hubo que ayudar la digestión con unos chupitos que se quedaron algo escasos. Hay fue cuando Nandín estuvo brillante y propuso un desplazamiento a Linares para tomar una copa.


La idea en principio fue acogida con frialdad, pero la insistencia venció la resistencia de los más débiles (Manute y Gonzalo jr.), aunque no así la de Belén o Judith. Que se mantuvieron firmes y rehusaron la invitación. Como no era cosa de empezar el fin de semana con fama de aburridos, Manute, Gonzalo jr y Nandín fueron a Linares a tomar la copa prometida.


Allí se encontraron con los mozos de Peñarrubia preparándose para ir de fiesta a La Hermida. Después de dos rondas y con la firme invitación para acompañar a los mozos a tomar copas se vivieron los momentos más difíciles de la noche. Gonzalo jr se apuntó el primero a la fiesta, Manute se negó en primera instancia pero se veía a la legua que no iba a negarse si se le volvía a preguntar. La salvación fue Nadín que mantuvo la cabeza fría y salvó la situación diciendo con rotundidad que se volvían todos a casa.


Como tampoco era cosa de exagerar acostándose temprano las copas siguieron cayendo una tras otra en casa, hasta que a las 5 de la mañana se acabó el Beefeater y llegó la hora de buscar la cama de cada uno. Al menos dos de tres durmieron en su cama, el tercero se la encontró la puerta cerrada y se tuvo que ir a dormir solo a otra habitación.


SÁBADO

El día amaneció gris y no tardó demasiado en llover. Los participantes del concurso de bolos fueron llegando con cuentagotas y los primeros en llegar se acercaron a la bolera para iniciar los preparativos. Se engalanó y limpió la cancha, tanto que daba pena no empezar a jugar y con el pretexto de que iba a llover y era posible que no diese tiempo atirar a todo el mundo se empezó el torneo un poco a traición.

Así de guapa quedó la bolera


No importó que comenzase a llover, ya estaban todos calientes y acabaron sus respectivas tiradas. Una vez que se tuvieron los primeros resultados definitivos se recogió todo y se bajó a casa a comer.


Sin duda el mejor momento del día fue la comida. Al super-cocido montañes de la señora Carmen la acompañaron un bacalao riquísimo, una empanada sensacional, una ensaladilla que hizo las delicias de los más pequeños y algún adulto, una flan exquisito obra de Gonzalo sr, una mousse de limón refrescante y una super-tarta, regalo de cumpleaños para Gonzalo jr. de su hermana Belén. Una de las chicas que trabajó mucho en la sombra pero sin la cual el super-fin de semana no habría sido posible.


Entre todo lo que había y las inesperadas ausencias de ultimísima hora sobró un montón de comida. No podía ser de otra forma, ya se sabe que nosotros somos de buen comer o de muy buen comer. Pero ni siquiera profesionales de esto como César, Pablo, Nacho, Michel, Manute, Óscar o Gonzalo jr pudieron dar cuenta del menú que tuvieron delante.

La tarta ya fue demasiado para nosotros. Nos tuvimos que rendir ante tanta comida


Con la tripa llena, o muy llena según de quién se hable, se le hicieron entrega a Gonzalo jr. (y a Pablo) de sus regalos de cumpleaños. Todos fueron recibidos con sorpresa y alegría. Desde el emotivo dibujo de su primo pequeño hasta el impresionante peluco de no sé quién y el manos libres de su hermana, pasando por las camisetas y la cazadora de sus amigos. Regalo con un poquito de mala idea para que se cambie de modelo cuando sale por las noches con ellos.


Después de comer se celebraron las tiradas y las rondas finales del concurso de bolos (pincha aquí para verlo) y la entrega de trofeos seguida de una merienda (por si alguno todavía tenía un hueco libre en la barriga).


Según avanzaba la tarde algunos se empezaron a despedir y otros llegaron (los Torre nunca duermen). Debido al frío varios se refugiaron en la salón de la casa al calor de la chimenea (¡¡¡Si, en julio al lado de la chimenea!!!), los más valientes jugaron al fútbol en el jardín y otros organizaron una mini discoteca en el garaje para los más pequeños.


Llegó la hora de cenar y cuando parecía que nadie tenía hambre se comió todo lo que Chisco había traído para hacer la barbacoa nocturna. Ya es costumbre pero no por ello vamos a dejar de mencionarlo. Estaba todo de muerte, no sabemos si porque la barbacoa la había preparado Gonzalo sr. o porque Michel ya no estaba y no había metido la mano en dicha barbacoa.


Todavía hubo correa para tomar una copita después de cenar, pero el cansancio ya se iba acumulando y no tardaron todos en desfilar a sus respectivas habitaciones. Esta vez, al contrario que la noche anterior, todos encontraron acomodo en su habitación designada.


DOMINGO

El sol hizo su primera aparición en todo el fin de semana, fue breve pero suficiente para que se animasen todos (o casi todos) a coger los 4X4 y subir al puerto. ¡Qué vistas desde allí! El mirador de la bolera de los moros se queda muy pequeño en comparación con las vistas que se disfrutan desde los alto del puerto. A un lado el mar, a otro las montañas, los buitres sobrevolando las cabezas. ¡Una gozada auténtica!


Pablo Rodríguez de la Fuente observando al abejaruco salvaje.

Los Torre hicieron honor a la fama que les precede y cuando nadie contaba con ello se sacaron de la chistera unas cervezas y bocadillos de queso y chorizo. Eso ya fue el colmo de la felicidad, las vistas nos alegraba el espíritu y la comida la barriga. Definitivamente no se puede pedir más en esta vida, si acaso que en julio haga un poco menos de frío.


Abandonamos el puerto rumbo a casa disfrutando del paisaje y pasmos por Linares a recoger la paella que teníamos encargada para comer. Allí los Gonzalos (padre e hijo) se disgustaron un poco porque sus amigos se adelantaron a la hora de pagar. Unos defienden que era su cumpleaños y querían invitar y otros que llevaban dos días siendo invitados y querían tener un detalle con sus anfitriones. Lógicamente, con lo cabezones que somos todos, no nos pusimos de acuerdo en este punto pero nos fuimos a comer la paella como buenos amiguitos que somos.


Nos cominos la paella, la ensaladilla, la empanada, el bacalao, las delicias de limón , la tarta y el flan que todavía quedaba. Volvimos a fracasar en nuestro intento de comerlo todo y volvió a sobrar un poco de cada cosa. La señora Carmen se lamentaba pensando que había cosas que no nos habían gustado. Pero la realidad es que no dábamos para más. Estaba todo delicioso pero ya nos habíamos desabrochado todos el botón del pantalón. Era imposible meter nada más en la barriga sin explotar.


Terminamos el fin de semana pasando las últimas horas jugando en el jardín con los niños y recogiéndolo todo. No obstante seguro que nos olvidamos algo de recoger y le quedó el “recado” a la señora Carmen y a Belén. Nuestras más sinceras disculpas por ello.


Fuimos llegando todos a nuestras casas cómo pudimos, todos muy cansados. Hasta el punto de que el que suscribe y la que os dije han dormido 10 horas seguidas. El resto no habrá llegado a este extremo pero habrá sido por falta de tiempo, no de ganas. ¡Os jodéis!


De lo que no cabe la menor duda es de que el cumpleaños de Gonzalo y el torneo de bolos se han convertido por derecho propio en el buque insignia de Teleamigos. Es una fiesta que reúne todos los deseos con los que se creó el club. Es al evento que más gente acude. Pueden ir niños y mayores y todos lo pasan bien juntos, hay juegos para niños y actividades para mayores. Se come estupendamente y se bebe lo que se quiere, la cama está cerca y las risas aseguradas.

Los peques se lo pasan en Piñeres igual o mejor que nosotros

La comisión de festejos de Teleamigos no tardará mucho en conceder la insignia de oro y brillantes del club a Gonzalo (al padre, por supuesto) y a la señora Carmen. Cualquier otra cosa sería un tremenda injusticia y un error histórico.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

TENGO QUE FELICITAR A GONZALO JUNIOR Y A PABLIN QUE NO FUE POSIBLE CONTACTAR CON ELLOS EN EL DIA DE AYER DEBIDO A MI AUSENCIA DE PIÑERES Y A LA FALTA DE COBERTURA DE LOS MOVILES EN LA ZONA DE LOS PICOS.

UN FUERTE ABRAZO A LOS DOS

MAXIMO

Anónimo dijo...

¿Cobertura? Si hay un repetidor a 500 metros de Piñeres. De autopistas si que hay que reconocer que están mal, pero de cobertura andan sobrados.

(El repeptidor está en el mirador de la bolera de los moros)