SORPRESA AMARILLA

Equipo Rojo – 2
Equipo Amarillo – 4

ROJOS: César, Laury, Chechu, Juan I, Juan II, Ramón y Luiman.

AMARILLOS: Manute, Michel, Javi, Carlos, Maxi, Darwin y Abraham

Goles:
1-0 Ramón
1-1 Javi
1-2 Abraham
1-3 Carlos
1-4 Maxi
2-4 César

El equipo amarillo se llevó la victoria por dos goles de diferencia después de más de dos meses de constantes derrotas. En un partido marcado por las ausencias, fueron los amarillos los que mejor supieron recomponer sus líneas y llevarse los puntos en juego.

Por supuesto que conseguir la victoria no fue nada fácil. Los propios jugadores del equipo amarillo no tenían demasiada confianza en ganar antes de empezar el partido. La frase. “Otra derrota más no puede ser, pero va a ser” pronunciada por un futbolista amarillo a un compañero coincidiendo con el pitido inicial del árbitro, pone de manifiesto que ni los propios amarillos apostaban claramente por su victoria.

Las bajas en las filas rojas de Óscar y Eloy se compensaban en las filas amarillas con las ausencias de Fermín, Salas y Rubén. Pero los amarillos estuvieron más acertados a la hora de confeccionar la alineación titular. Recuperaron a Maxi en el medio centro y, por primera vez desde que aterrizaron, los fichajes ecuatorianos rindieron a un gran nivel. Tanto Carlos en el centro de la defensa, como Darwin en la banda izquierda jugaron un gran partido, sobre todo en el aspecto táctico. Indudablemente su punto más débil hasta el momento.

Otro destacado en el equipo amarillo fue Abraham, un hombre al que el equipo rojo descartó, que con los amarillos poco a poco va cogiendo la forma idónea y que se ha revelado como un delantero importante para su equipo. No tanto por su puntería como por su derroche físico y generosidad en la presión a los defensas contrarios. Laury puede dar fe de esto último, puede que se haya encontrado con la horma de su zapato, con otro que disputa cada balón como si fuera el último y que mete el pié si miedo a la lesión propia o ajena.

El físico de Abraham, la concentración de Carlos, el orden de Maxi y el trabajo de Michel, Javi y Darwin fue suficiente para desequilibrar el marcador a su favor al final de los 60 minutos reglamentarios.

El equipo rojo se sorprendió cuando se vio por detrás en el marcador. A pesar de que Ramón, fiel a su cita con el gol, había adelantado a su equipo con el primer gol de la mañana. Los rojos no supieron mantener la ventaja en el marcador con la facilidad con la que lo han venido haciendo en los últimos partidos y eso fue su perdición. En cuanto los amarillos remontaron el resultado el equipo rojo se perdió en discusiones y reproches mutuos entre ellos. Así, lejos de concentrarse en equilibrar el partido, estuvieron más pendientes de ver el fallo del compañero antes que los propios de cada uno.

Los rojos se partieron en dos equipos. Sin centro del campo, Laury y Juan defendían. Luisman, Ramón y Chechu atacaban sin que nadie les guardara las espaldas cuando perdían el balón. De eso se aprovecharon los amarillos para matar el partido al contragolpe.

Solo con el 1-4 en el marcador los rojos recuperaron ese fútbol y ese orgullo que les ha hecho ganar todos los partidos en los últimos meses. Encerraron a los amarillos en su campo y estos, ya muy cansados, no acertaban a salir a la contra con la claridad del principio.

La presión roja obligó a los amarillos a mover ficha. Manute, que ya había dado lo poco que le quedaba como lateral izquierdo, volvió a ponerse bajo los palos para que Javi ayudase en el centro del campo a equilibrar el apartado físico con los rojos en la medida de lo posible.

Los últimos instantes se hicieron eternos para el equipo amarillos. El asedio rojo se producía por tierra, mar y aire. Los amarillos solo podían despejar el balón a la buena de dios, sin que ninguno de sus despejes fueran a las inmediaciones de Abraham, que a estas alturas era el único amarillo capaz de disputar un balón con posibilidades de llevárselo.

Pero el tiempo se acabó sin que el marcador se moviese. No fue suficiente para que el equipo rojo al menos empatase, el hecho de que César abandonase la portería para ayudar en el ataque. Los amarillos se defendieron con disciplina táctica (el verdadero motivo de su victoria) y contaron con la pizca de suerte que un equipo debe tener para ganar un partido.

Si a eso le añadimos las protestas rojas por la demora de los amarillos en cambiar de portero, en sacar de puerta y en sacar de banda. Tenemos todas las claves para comprender el por qué de las sonrisas amarillas y la razón por la que los rojos perdieron un partido siendo superiores a su rival antes de empezar el encuentro.

LAS NOTAS DEL PARTIDO

EL CRACK: Carlos. Mejora día a día desde que juega en el centro de la defensa. Desde allí manda a sus compañeros y corrige las posiciones defensivas. Si a esto le sumamos que en ataque cada vez se permite menos alegrías y pierde menos balones, podemos decir que estamos ante uno de los futbolistas más importantes del equipo amarillo. En sus primeros partidos el entrenador le colocó en punta y fracasó, pero en su nueva demarcación ha conseguido convencer de su valía a los sectores más críticos de la prensa.

EL DANDY: Maxi. No se notaron las muchas jornadas de ausencia en el equipo titular. El ritmo de los demás amarillos es tan bajo que cualquiera pude subirse al carro a mitad de temporada. Se situó de medio centro y desde esa posición hizo funcionar a todos sus compañeros. Compañeros que al menos por esta vez no fueron rebeldes y aceptaron a la primera sus correcciones. Protagonizó las jugadas de más clase de ambos equipos y culminó una de tantas con un gran gol desde la frontal del área con su pierna menos buena (la zurda).

¡VAYA DÍA! Laury. Si llega a saber lo que le esperaba es muy probable que no se hubiera levantado de la cama. Se topó con Abraham en la delantera del equipo contrario y no tuvo la posibilidad de imponerse en el apartado físico, como hace normalmente. Hasta tres patadas (involuntarias) y un par de choques recibió y en todas esas ocasiones dio con sus huesos en el suelo. Laury no es un hombre que finja dolores ni que se revuelque en el suelo por nada y desde luego esta vez tampoco lo hizo por nada. La suerte para el resto de los allí presentes es que todos los choques fueron entre Abraham y Laury, ya que de haberse producido con cualquier otro jugador a estas horas todavía se estarían recogiendo pedazos por el campo.

EL DURO: Abraham. Todo potencia, Abraham puede ser el gran fichaje de los amarillos en cuanto se ponga en forma. Rápido, ágil y luchador. El típico futbolistas al que sus detractores acusan de tosco pero que a todos los equipos les gustaría contar con él. Los rojos le descartaron en el mercado de invierno y en los amarillos parece haber encontrado su sitio. Ahora solo le queda distinguir quién está delante antes de meter el pié. Hasta el momento ha tenido la suerte de encontrarse cara a cara con Laury y Ramón, pero como le meta un levante a Luisman vamos a tener que ir a buscarle al tejado de la fábrica(sí, allí donde Óscar manda los balones).

RUEDA DE PRENSA

Ramón: Es que no tenemos centro del campo y dejamos a Laury solo defendiendo a todos los amarillos. Hemos notado la falta de Óscar. Yo le echo broncas porque retiene el balón pero es el único que ocupa en centro del campo y nos da criterio a la hora de jugar.

César: Carlos y Darwin hacen muchas faltas, siempre empujan. Además si les preguntas dicen que es falta pero siguen jugando como si nada. Un euro por persona que no se vaya nadie sin pagar.

Maxi: Es que los rojos están mejor físicamente y nos presionan arriba. No hay que perder balones en defensa y tenemos que jugar juntitos para salir luego a la contra, si podemos claro.

Javi: Hemos ganado porque una hora más de sueño se nota un huevo. No es lo mismo jugar a las 10 como hoy, que a las 9 como los últimos partidos.

Michel: No me extraña que los rojos hayáis perdido, os ha faltado Óscar y ...... (uno que siempre va de amarillo) y así es muy difícil que ganéis.

Manute: No me he tomado la pastilla y estoy muerto, me he tenido que volver a poner de portero al final porque no me puedo mover. He calculado mal el tiempo de juego.

Abraham: Estoy cansado. ¡Ya verás cuando me ponga en forma y pueda correr!