Ya llegó la hora de la verdad en la Eurocopa y España todavía está viva en la competición. Una gran novedad para nuestra generación, que nunca ha visto a la selección pasar de cuartos de final hasta que el domingo eliminamos a los italianos dándoles de su propia medicina ¡Por penaltis!
La clasificación de España tiene muchos héroes. El más aclamado es por supuesto Casillas, o San Iker, cómo se le conoce familiarmente. Pero la magnífica actuación de nuestro portero en la tanda de penaltis no debería hacernos olvidar el gran partido que se marcaron otros futbolistas españoles.
Empezando por la exhibición que dio Marcos Senna jugando de medio centro, demostrando que se puede alinear un jugador destructivo en el centro del campo sin que significa que dicho futbolista no sepa darle una patada a un bote (no voy a dar nombres para no crear polémica). El hispano-brasileño y ante Italia (los actuales campeones del mundo) dio un curso de cómo cortar el juego del rival cuando es necesario, con faltas si es preciso, pero estuvo tan brillante a la hora de destruir como a la hora de ir hacia arriba y buscar el remate a la portería rival. Es decir no se limitó a dar patadas o robar balones, también la jugó con criterio cuando la tuvo y llegó al remate con peligro.
Otros dos que lo hicieron muy bien, estando incluso por encima de lo esperado, fueron Marchena y Puyol en el centro de la defensa. La línea más discutida de la selección y los que más concentrados jugaron. Tenían la difícil labor de anular a Luca Toni, un delantero que les saca la cabeza a ambos y lo hicieron con nota. Hasta Sergio Ramos, que no está haciendo su mejor campeonato, mejoró con el paso de los minutos y pasó de ser ridiculizado por Cassano en el primer tiempo a ser un Tarzán en el juego aéreo en ayuda de sus compañeros al final del partido.
Silva también rayó a gran altura, fue el que más disparó a puerta y el que más intentó jugadas de uno contra uno para intentar vencer la resistencia italiana. No marcó gol pero lo rozó en tres disparos desde fuera del área.
El resto de jugadores no jugó mal aunque no llegaron a estar al nivel de los citados anteriormente. Solo Fábregas puede que se acercara a ellos, pero no era día para los delanteros teniendo enfrente a Italia y su defensa. Por eso a Torres, Güiza, Villa o Cazorla les tocó bailar con la más fea. Pelear y correr a ver si un balón caía en sus dominios y podían crear algo de peligro.
A Iniesta y Xavi simplemente no les salió el partido esperado. A Xavi porque el rival no es precisamente el que mejor le conviene a su fútbol de toque y control y a Iniesta porque ha llegado a la Eurocopa muy cansado y no anda fino. Por eso ambos (y Torres) fueron los elegidos por Luis Aragonés para dejar su sitio a otros compañeros.
Ahora llegan las semifinales ante Rusia, un equipo al que ya le ganamos 4-1 en el primer partido del grupo D pero que aprendió la lección y desde entonces ha mejorado ostensiblemente. En parte por quitar el miedo a la competición y en parte por recuperar jugadores sancionados como Arshavin, por el momento sensación de esta Eurocopa después del baño que Rusia dio a Holanda en cuartos de final.
Hay por tanto mucho respeto en España por los rusos, hasta diría que excesivo. Está bien no caer en triunfalismo porque todavía no hemos ganado nada, pero es indudable que al juego de nuestra selección le viene mucho mejor Rusia que Italia. Además los rusos están jugando cómo los ángeles pero se les apagan las luces cuando llegan en frente del portero rival. En todos los partidos fallan infinidad de goles cantados antes de acertar con la red. Por ahí tenemos cierta ventaja, en la portería con Casillas y en poder ofensivo con Villa y Torres. Ni siquiera el hecho de que los rusos estén físicamente mejor que el resto de equipos de la Eurocopa gracias a que acaban de comenzar su liga es un dato suficiente para considerar a Rusia favorita para jugar la final. Luego el balón entrará o no y el tiempo dará o quitará razones, pero antes de empezar somos favoritos y tenemos que demostrarlo ganando y jugando una final que la mala suerte tantas veces nos ha negado.
Alemania y Turquía juegan la otra semifinal. Por historia, por potencial y hasta por número de jugadores disponibles los alemanes parten como favoritos. Pero al igual que España deberían permitirse las confianzas justas. Turquía ha ganado tres partidos en el descuento, lo que es una muestra de su fe inquebrantable en el triunfo y de que saben que juegan con todo un país detrás apoyándoles. Turquía tiene muchos sancionados y lesionados (el último Nihat) y pesar de que andan despistando diciendo que van a poner a su tercer portero como jugador de campo que nadie dude que se lo van a poner difícil a los alemanes. Los turcos nunca se rinden y no lo van a hacer ahora que han llegado dónde ni ellos mismos esperaban.
Por la parte que nos toca esperemos que las casa de apuestas acierten en sus pronósticos en la final sea España – Alemania. Luego ya intentaremos romper esos pronósticos y ganar la Eurocopa, pero de momento ojalá se cumplan.
Porra de Teleamigos
Con Gonzalo ya campeón de la porra solo queda por conocer quienes quedan segundo y tercero y recuperan su dinero. Un triunfo de España en la Eurocopa daría a Fermín la segunda plaza, mientras que el triunfo alemán provocaría que Manute y César recuperasen su dinero. Hasta Fernando tiene opciones con Rusia de quedar empatado en tercera posición y no perder los 20€. Maxi está en su misma situación y Calde con 16 puntos está rezando para que pierdan todos y así a pesar de tener eliminados a sus dos equipos poder cobrar algo.
3 comentarios:
Manute, acuerdate que nosotros ya vimos pasar a España a la final de Paris en el 84 en tu casa.
Que recuerdos con 15 años, todo el dia pensando en el futbol y comiendo pipas.
César del 69.
Manute, acuerdate que nosotros ya vimos pasar a España a la final de Paris en el 84 en tu casa.
Que recuerdos con 15 años, todo el dia pensando en el futbol y comiendo pipas.
César del 69.
Tongo, Tongo, Tongooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo
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