Equipo Rojo – 7
Equipo Amarillo – 7
Partido loco en el Municipal de Frajanas. Ya que ambos equipos se empeñaron en jugar rematadamente mal, al menos podemos asegurar que con sus fallos convirtieron sus carencias en un espectáculo emocionante para los espectadores. Concretamente para “el abuelo” su socio más fiel, el hombre que no faltó a su cita con sus jugadores a pesar de lo temprano de la hora.
Lo mejor que se puede decir del equipo amarillo es que puso fin a una racha de tres derrotas consecutivas. No ganó, pero al menos estuvo más cerca de hacerlo de lo que ha estado en el último mes. De hecho si no se llevaron los tres puntos fue por no saber matar un partido que tuvieron ganado a falta de 5 minutos para el pitido final.
El equipo rojo, por su parte, jugó como siempre, al ritmo que marcan sus impulsos. Empezaron mandando y tocando bien la pelota. Incluso con gritos de ánimo ente ellos, asombrándose de cómo estaban vacilando al rival con su tiki-taka.
El resultado daba la razón a los rojos, ya que se adelantaron por dos veces en el marcador sin que los amarillos fueran capaces de plantarles cara. Pero para este equipo rojo, nada es eterno y mucho menos la felicidad completa. Fue ponerse con una ventaja en el marcador que casi sentenciaba el partido y comenzar a tener problemas.
Tardaron los amarillos 20 minutos en despertar. Lo que les supuso ponerse a pensar en el partido con tres goles en contra (uno regalado y otro casi). Debieron pensar que de perdidos al río y adelantaron la línea de presión. Además las rotaciones en la portería amarilla mejoraron sustancialmente su juego. Los rojos ya no llegaban tan fácil, ya no circulaban el balón y empezaron a correr detrás de los amarillos.
La balanza comenzó a inclinarse hacia el lado amarillo cuando su centro del campo se hizo dueño de la situación. El hombre que salió de la portería se situó a la espalda de los centrocampistas rojos y desde allí, aprovechando pases en profundidad se giraba y encaraba a los centrales. Si le salían al paso ponía el gol en bandeja a sus delanteros y se reculaban llegaba a la frontal del área con posición de disparo.
Con algo tan simple los amarillos dieron la vuelta al marcador. Fue entonces cuando el conjunto solidario que eran los rojos se transformó en la habitual jaula de grillos en la que todo el mundo hablaba, todo el mundo tenía razón y la culpa era del compañero más cercano.
Fue el momento en que los amarillos tuvieron la ocasión de finiquitar el partido. Pero se perdieron en remates lejanos y jugadas individuales que no terminaron en el gol definitivo.
En un último arreón los rojos también hicieron modificaciones en sus líneas. Cambiaron de portero y notaron tener un hombre de refresco sobre el césped. Con los amarillos sin saber decidirse entre defender la ventaja o seguir jugando de la manera que les había dado la posibilidad de remontar el encuentro, los rojos aprovecharon dos contras muy bien llevadas para empatar el partido y poner la incertidumbre en el marcador hasta el final del partido.
Todos habían visto perdido el partido y ahora no se conformaban con el empate. De mutuo acuerdo decidieron jugar 10 minutos de descuento en los que no se movió el marcador. Pudo ganar cualquiera, pero quizás lo mejor fue que las cosas se quedaron como estaban. Otra derrota amarilla hubiera dado lugar a una crisis en el club que habría podio significar la destitución de su entrenador y la derrota roja, sin ninguna duda, se hubiera convertido en un concierto de reproches y explicaciones peregrinas buscando los porqués.
EL CRACK: Eloy. Volvió a cambiar de equipo y su profesionalidad estuvo por encima de sus sentimientos. Es cierto que no celebró sus goles por respeto a los que hasta hace nada fueron sus compañeros. Lo que no quita para que 5 goles llevasen su firma y de sus botas salieron los mejores remates del equipo amarillo. Le falta algo de tranquilidad y sangre frio pero su entrega es innegable.
EL DANDY: César. No se le puede culpar de los goles encajados mientras defendió la portería roja. De lo que sí es responsable es de salir a jugar y ser el autor de los dos últimos goles de su equipo. Los goles que dieron el empare a los rojos, de mucha calidad el segundo de ellos.
¡VAYA DÍA! Miguel. No es que jugase mal, Pero volvió a retirarse lesionado, incluso estando de portero al final del partido la cojera era evidente. Es de admirar el amor a los colores de este hombre, pero infiltrarse para jugar es un acto tan heroico como irresponsable, teniendo la Eurocopa tan cerca como la tiene.
EL DURO: Luisman. Protagonizó la jugada polémica cuando continúo jugando un balón que no había salido por la línea de fondo pero que alguien cantó como fuera. Los amarillos se quedaron parados (a medias por el grito y a medias porque no podían con los calzones) y la jugada acabó el gol de Ramón, que acordándose de la acción similar de Casquero hace unas semanas. Prefirió anular el tanto y seguir jugando a ser el blanco de las iras y los cánticos ofensivos de la hinchada amarilla. Valiente decisión ya que era casi seguro el gol de la victoria para su equipo.
Rueda de prensa:
Entrenador Rojo: Es que regalamos los goles, así no se puede ganar. Solo defiende dos y el resto presionado adelante.
Entrenador Amarillo: hemos hecho un partido muy malo. Tuvimos la victoria en nuestra mano pero la dejamos escapar por inocentes. ¡Vaya traca hemos quemado!
Óscar: Nos chillamos tanto porque somos un equipo que juega con el corazón.
Equipo Amarillo – 7
Partido loco en el Municipal de Frajanas. Ya que ambos equipos se empeñaron en jugar rematadamente mal, al menos podemos asegurar que con sus fallos convirtieron sus carencias en un espectáculo emocionante para los espectadores. Concretamente para “el abuelo” su socio más fiel, el hombre que no faltó a su cita con sus jugadores a pesar de lo temprano de la hora.
Lo mejor que se puede decir del equipo amarillo es que puso fin a una racha de tres derrotas consecutivas. No ganó, pero al menos estuvo más cerca de hacerlo de lo que ha estado en el último mes. De hecho si no se llevaron los tres puntos fue por no saber matar un partido que tuvieron ganado a falta de 5 minutos para el pitido final.
El equipo rojo, por su parte, jugó como siempre, al ritmo que marcan sus impulsos. Empezaron mandando y tocando bien la pelota. Incluso con gritos de ánimo ente ellos, asombrándose de cómo estaban vacilando al rival con su tiki-taka.
El resultado daba la razón a los rojos, ya que se adelantaron por dos veces en el marcador sin que los amarillos fueran capaces de plantarles cara. Pero para este equipo rojo, nada es eterno y mucho menos la felicidad completa. Fue ponerse con una ventaja en el marcador que casi sentenciaba el partido y comenzar a tener problemas.
Tardaron los amarillos 20 minutos en despertar. Lo que les supuso ponerse a pensar en el partido con tres goles en contra (uno regalado y otro casi). Debieron pensar que de perdidos al río y adelantaron la línea de presión. Además las rotaciones en la portería amarilla mejoraron sustancialmente su juego. Los rojos ya no llegaban tan fácil, ya no circulaban el balón y empezaron a correr detrás de los amarillos.
La balanza comenzó a inclinarse hacia el lado amarillo cuando su centro del campo se hizo dueño de la situación. El hombre que salió de la portería se situó a la espalda de los centrocampistas rojos y desde allí, aprovechando pases en profundidad se giraba y encaraba a los centrales. Si le salían al paso ponía el gol en bandeja a sus delanteros y se reculaban llegaba a la frontal del área con posición de disparo.
Con algo tan simple los amarillos dieron la vuelta al marcador. Fue entonces cuando el conjunto solidario que eran los rojos se transformó en la habitual jaula de grillos en la que todo el mundo hablaba, todo el mundo tenía razón y la culpa era del compañero más cercano.
Fue el momento en que los amarillos tuvieron la ocasión de finiquitar el partido. Pero se perdieron en remates lejanos y jugadas individuales que no terminaron en el gol definitivo.
En un último arreón los rojos también hicieron modificaciones en sus líneas. Cambiaron de portero y notaron tener un hombre de refresco sobre el césped. Con los amarillos sin saber decidirse entre defender la ventaja o seguir jugando de la manera que les había dado la posibilidad de remontar el encuentro, los rojos aprovecharon dos contras muy bien llevadas para empatar el partido y poner la incertidumbre en el marcador hasta el final del partido.
Todos habían visto perdido el partido y ahora no se conformaban con el empate. De mutuo acuerdo decidieron jugar 10 minutos de descuento en los que no se movió el marcador. Pudo ganar cualquiera, pero quizás lo mejor fue que las cosas se quedaron como estaban. Otra derrota amarilla hubiera dado lugar a una crisis en el club que habría podio significar la destitución de su entrenador y la derrota roja, sin ninguna duda, se hubiera convertido en un concierto de reproches y explicaciones peregrinas buscando los porqués.
EL CRACK: Eloy. Volvió a cambiar de equipo y su profesionalidad estuvo por encima de sus sentimientos. Es cierto que no celebró sus goles por respeto a los que hasta hace nada fueron sus compañeros. Lo que no quita para que 5 goles llevasen su firma y de sus botas salieron los mejores remates del equipo amarillo. Le falta algo de tranquilidad y sangre frio pero su entrega es innegable.
EL DANDY: César. No se le puede culpar de los goles encajados mientras defendió la portería roja. De lo que sí es responsable es de salir a jugar y ser el autor de los dos últimos goles de su equipo. Los goles que dieron el empare a los rojos, de mucha calidad el segundo de ellos.
¡VAYA DÍA! Miguel. No es que jugase mal, Pero volvió a retirarse lesionado, incluso estando de portero al final del partido la cojera era evidente. Es de admirar el amor a los colores de este hombre, pero infiltrarse para jugar es un acto tan heroico como irresponsable, teniendo la Eurocopa tan cerca como la tiene.
EL DURO: Luisman. Protagonizó la jugada polémica cuando continúo jugando un balón que no había salido por la línea de fondo pero que alguien cantó como fuera. Los amarillos se quedaron parados (a medias por el grito y a medias porque no podían con los calzones) y la jugada acabó el gol de Ramón, que acordándose de la acción similar de Casquero hace unas semanas. Prefirió anular el tanto y seguir jugando a ser el blanco de las iras y los cánticos ofensivos de la hinchada amarilla. Valiente decisión ya que era casi seguro el gol de la victoria para su equipo.
Rueda de prensa:
Entrenador Rojo: Es que regalamos los goles, así no se puede ganar. Solo defiende dos y el resto presionado adelante.
Entrenador Amarillo: hemos hecho un partido muy malo. Tuvimos la victoria en nuestra mano pero la dejamos escapar por inocentes. ¡Vaya traca hemos quemado!
Óscar: Nos chillamos tanto porque somos un equipo que juega con el corazón.
3 comentarios:
Faltaba el americano,el partido hubiera sido de otra manera.
Fdo:Casquero
El entrenador rojo dice lo mismo todas las ruedas de prensa, no se da cuenta de que el vestuario no le hace caso, dimisión ya!!!!!!!!!
Luisman paredón.
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