Equipo Rojo – 7
Equipo amarillo - 4
Lo dijo Rubén (delantero del equipo amarillo) la semana pasada y en esta jornada se ha comprobado que es cierto. Ver fútbol en la tv hace mucho daño a estos futbolistas. Ven las excelencias de Guti, Xavi, Iniesta, De La Peña, etc y quieren hacer lo mismo. El resultado es una sucesión de jugadas surrealistas dónde siempre se juega como si fuera la última jugada del partido y hubiera que resolver el desenlace del encuentro en un solo pase. Nunca se da un pase atrás, raramente se juega de espaldas a portería, casi nunca se circula el balón y con frecuencia se abusa del “regate” (o como se llame eso que intentan hacer con el balón en los pies y el contrario delante.
En un párrafo hemos resumido las miserias de ambos equipos. Actualmente los rojos llevan una racha importante de victorias que les resarce de otras rachas negativas que han pasado en otros momentos de los partidos de Astillero. El cambio de tendencia no se ha debido a que unos hayan aprendido más que los otros a jugar al fútbol de acuerdo a sus defectos y virtudes, si no que es más bien una cuestión de las bajas y altas que han tenido unos y otros.
Hoy por hoy los amarillos, con los jugadores que tienen, solo pueden ganar un partido en el que no haya mucho que correr. En el momento en que se juegue 7 contra 7 o menos (como hoy), están sentenciados. No tienen físico suficiente para tapar todo el campo con solo 5 jugadores. Si se van al ataque no recuperan sus posiciones en defensa y si esperan en su campo no llegan al área contraría ni de suerte.
Los rojos por su parte han logrado construir un equipo compacto. Con unos defensas definidos que conocen bien su oficio y mantienen las posiciones todo el partido. Con unos centrocampistas que han mejorado notablemente sus prestaciones y con unos delanteros que son físicamente los más poderosos de todos los futbolistas que pisan el césped. Ante eso poco pueden hacer los amarillos jugando con el caos táctico y técnico que tienen.
El equipo amarillo se equivoca al desviar la atención y quejarse de que los rojos pierden tiempo más o menos deliberadamente. A pesar de que puntualmente puede ser verdad, la verdadera razón de sus continuas derrotas no es otra que su inferioridad y su mal juego.
Ya desde el principio los rojos llevaron más peligro a la portería amarilla que viceversa. Solo era cuestión de esperar a que pasasen los minutos para que los goles comenzaran a caer en su casillero, como así fue. Los amarillos no reaccionaron hasta el 2-0. Momento en el que intercambiaron posiciones sin demasiado resultado. Es cierto que se fueron arriba y crearon peligro. Incluso lograron goles, pero fue a cambio de dejar desguarnecida su defensa con lo cual a cada gol amarillo los rojos respondían con otro gol. De manera que a pesar de los esfuerzos amarillos por conseguir al menos un empate, los rojos nunca vieron mermada su ventaja en el marcador a menos de dos goles. En definitiva un partido tranquilo para los rojos, a pesar de que en ciertos momentos se les vio un poco nerviosos, demostrando que todavía no han ahuyentado los fantasmas de las veces que han visto como los amarillos les remontaban partidos que parecían sentenciados a su favor.
Al menos el madrugón sirvió a todos para tener el domingo por delante para disfrutar de la familia. Para ver a los amigos y para hacer un poco de deporte. Porque, aunque por el trote cochinero que llevan no lo parezca, lo cierto es que todos se esfuerzan y corren todo lo que pueden.
EL CRACK: Ramón. Está picado en su orgullo desde la llegada de Eloy al equipo. Los flashes ya no son para él, pero a pesar de que el nuevo fichaje le ha restado protagonismo. Ramón continúa siendo el preferido de su afición y además es vital para el juego que lleva a cabo su equipo. Marcó un gol más que su compañero en la delantera roja y así se lo recordó en los vestuarios para que no se crezca demasiado.
EL DANDY: Luisman. Ha pasado de ser el último hombre de su equipo a ser titular indiscutible e imprescindible. Toca de primeras, tapa a su hombre y llega al área rival a rematar buscando siempre sorprender por la espalda de los defensas. Se rumorea que los amarillos están preparando una oferta para hacerse con sus servicios. Mal lo tienen porque dinero no les hace falta a los rojos y un intercambio de cromos no es muy probable ya que ninguno de los amarillos parece tener sitio en las filas rojas.
¡VAYA DÍA!: Rubén. Lo dijo Felipe II y lo puede decir Rubén. “No mandé a mis barcos a luchar contra los elementos”. El muchacho se levantó pronto y fue a jugar. Ya le costó lo suyo conseguir cambiarse y salir del vestuario como para que luego todo se volviese en su contra. El sol le daba de cara, el balón estaba desinflado, el césped duro y seco, se hizo daño en la rodilla, sus compañeros no corren, el balón le hace extraños… Otro en su lugar su hubiera ido del campo. Pero él aguantó todos los inconvenientes hasta el final con una dignidad y una profesionalidad fuera de toda duda.
EL DURO (de oído): Michel. Se vio superado por las circunstancias. No fue capaz de superar el estrés que le produce ser Coordinador General de un gran proyecto para la feria del libro de Santander y jugó con su cuerpo en Astillero y su mente en otro sitio. Miraba a la derecha y la mandaba a la izquierda, miraba a la izquierda y la daba a la derecha. Si no fuera porque donde iba el balón no había nadie (de ninguno de los dos equipos) podríamos decir que nos recordó al mejor Laudrup. Pero tristemente para él y para sus compañeros, su actuación nos recordó más a Diarra en silla de ruedas.
4 comentarios:
Hay que decir que Rubén ya había dicho lo del daño de la TV en el partido anterior, reprochándoselo a sus compañeros, cuando había dado 200 pases en largo en los que acabaron los balones en el vestuario.
Es mas fácil ver la paja en el ojo........
Yo de pajas no comento nada
eso pajas,pajas.....
mando los balones al vestuario,porque estan desinchados,que quede claro,no son malos pases,son incompredidos.......
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