Equipo Amarillo - 3
Gran partido con muchos goles el disputado en la tarde del sábado por estos dos grandes equipos. A estas alturas de la temporada ya no cabe ninguna duda de que la apertura de fronteras en la política de fichajes, que han llevado a cabo las secretarías técnicas de ambos conjuntos va dando sus frutos.
Tanto el equipo amarillo como el equipo rojo se han nutrido de futbolistas sudamericanos que han aportado al característico fútbol físico europeo de estos conjuntos, la pausa y la calidad del mejor fútbol sudamericano, elementos necesarios para forjar grandes equipos.
Si el equipo rojo logró prolongar una jornada más su racha de victorias, solo es debido a que han conseguido acoplar con mayor celeridad que los amarillos a los nuevos fichajes con sus características físicas y técnicas.
Incluso ser uno menos gran parte del partido no supuso un obstáculo a los rojos para dominar el tempo del partido en todo momento y conseguir jugar al ritmo que les convenía en todas las fases del encuentro.
El hecho de que el equipo amarillo mostrase su mejor versión en los inicio del partido y se adelantase en el marcador no inmutó el plan de los rojos. Saben que son un equipo compacto y que para ganarles no basta con jugar unos minutos buenos, hay que ofrecer lo mejor de cada uno durante el partido completo.
No tardaron en empatar el partido los rojos, además los hicieron por dos veces una vez que los amarillos marcasen el 2-1 que parecía encarrilar el partido a su favor. Pero nada más lejos de la realidad, a pesar de que los amarillos dieron en esos momentos la impresión de ser capaces de llevarse los tres puntos.
Con el empate a dos goles en el marcador, el partido comenzaba de nuevo y a pesar de que el viento dificultaba mucho la elaboración del juego, ambos equipos lograban hilvanar una jugada de peligro tras otra.
Esos momentos fueron los más delicados para el equipo rojo. Máxime cuando los amarillos incorporaron a un nuevo jugador al partido y se pusieron con superioridad numérica. Cualquier otro equipo se hubiera descompuesto, pero los rojos juntaron líneas, apretaron los dientes en defensa y esperaron la ocasión más propicia para salir al contragolpe y ponerse en ventaja en el marcador.
Los amarillos quizás pagaron su exceso de confianza al verse con un hombre más. Poco se les puede reprochar en cuanto a actitud y profesionalidad, pero lo cierto es que perdieron el partido cuando los normal es que lo hubieran ganado.
El equipo amarillo circulaba el balón con mucho criterio, todos sus jugadores se movían e intercambiaban sus posiciones para provocar algún desajuste defensivo en el equipo rojo. Se pasaban el balón al primer toque y al pié. Jamás abusaron del pase en largo por arriba, ya que como todo el mundo sabe es una manera de regalar el balón al contrario. Se daban ánimos constantemente entre ellos sin echarse nunca en cara un mal pase o un balón perdido. En definitiva dieron una imagen de equipo unido al que le faltó la suerte necesaria para alcanzar el triunfo.
El error de los amarillos, lo que les costó el partido, fue la ansiedad y las prisas por ganar. Unas prisas que provocaron que su portero manchase una actuación sublime, por lo sobrio y concentrado que estuvo todo el partido, al abandonar su portería para apoyar la circulación de balón de su centro del campo.
Ese fue el momento que estaban esperando los rojos agazapados en su mitad del terreno de juego. Una vez que vieron la portería amarilla desguarnecida, salieron de su campo por las bandas como flechas y desarbolaron el entramado defensivo amarillo cómo y cuando quisieron. Los rojos rompieron el partido con tres goles en los únicos minutos de desconcierto que tuvieron los amarillos en el partido. Unos minutos en los que los amarillos demostraron que todavía no forman un equipo compacto y que sus últimos fichajes todavía no están plenamente adaptados al ritmo de la liga. Fue su fragilidad mental lo que les impidió intentar una nueva remontada y poner en más apuros la portería del equipo rojo.
Al final y con el partido ganado los rojos se relajaron un poco y encajaron un gol que maquilló algo el resultado final del partido. A pesar de la diferencia en el marcador los dos equipos siguieron jugando fieles a sus estilo hasta el pitido final. Los rojos sin dar un balón por perdido, todos concentrados y siguiendo a su par, para robar el balón y salir en velocidad por las bandas. Los amarillos, por su parte, con más control del balón y por consiguiente con un mayor porcentaje de posesión. Sin precipitarse en los pases y sin adornos innecesarios como tacones o sombreros. En definitiva sobrios y efectivos aunque no obtuvieron ni siquiera el premio menor de un empate.
Hasta el árbitro se sumó al buen partido y decretó al final del encuentro con antelación, para que los amarillos no sufrieran más de la cuenta una vez que bajaron los brazos y dieron el partido por perdido.
El Crack: Lima. Dio todo un curso debajo de los palos. Si no la mejor, una de las mejores actuaciones de un guardameta en toda la historia de los partidos entre el equipo rojo y el equipo amarillo. No pudo hacer nada en ninguno de los goles encajados (en ninguno). Incluso se fue antes de tiempo viendo que con uno más su equipo no podía derribar el muro de la defensa rival, a ver si siendo iguales los rojos abrían sus líneas y los amarillos conseguían acercarse en el marcador.
El Dandy: Laury. Protagonizó la mejor jugada del partido cuando a la hora de evitar el primer tanto amarillo, se tiró con todo la suelo para intentar llegar a cortar el balón. Lo hubiera conseguido de no haber tropezado con un cordón desatado de sus propias botas.
¡Vaya Día!: Luisman. Sin lugar a dudas en hombre que menos ha progresado desde que comenzó a jugar hasta el día de hoy. Si en sus primeros partidos tocaba el balón de primeras, guardaba su posición en el campo y llegaba a defender en su área y a rematar las jugadas en el área contraria. Ahora abusa del regate, se estrella una y otra vez al querer protagonizar acciones individuales y falla los pases más sencillos sin que el balón llegue a su destino.
El Duro: Chechu. No contentos los defensas rojos con imponerse casi siempre a los delanteros amarillos por sus propios aciertos en vez de por los fallos ajenos. Chechu quiso impedir el último gol amarillo, obra de Michel Casquero, tirándose al suelo en el área fingiendo ser víctima de una falta. Afortunadamente y por el bien del espectáculo, los amarillos no echaron el balón fuera y marcaron el gol.
Tanto el equipo amarillo como el equipo rojo se han nutrido de futbolistas sudamericanos que han aportado al característico fútbol físico europeo de estos conjuntos, la pausa y la calidad del mejor fútbol sudamericano, elementos necesarios para forjar grandes equipos.
Si el equipo rojo logró prolongar una jornada más su racha de victorias, solo es debido a que han conseguido acoplar con mayor celeridad que los amarillos a los nuevos fichajes con sus características físicas y técnicas.
Incluso ser uno menos gran parte del partido no supuso un obstáculo a los rojos para dominar el tempo del partido en todo momento y conseguir jugar al ritmo que les convenía en todas las fases del encuentro.
El hecho de que el equipo amarillo mostrase su mejor versión en los inicio del partido y se adelantase en el marcador no inmutó el plan de los rojos. Saben que son un equipo compacto y que para ganarles no basta con jugar unos minutos buenos, hay que ofrecer lo mejor de cada uno durante el partido completo.
No tardaron en empatar el partido los rojos, además los hicieron por dos veces una vez que los amarillos marcasen el 2-1 que parecía encarrilar el partido a su favor. Pero nada más lejos de la realidad, a pesar de que los amarillos dieron en esos momentos la impresión de ser capaces de llevarse los tres puntos.
Con el empate a dos goles en el marcador, el partido comenzaba de nuevo y a pesar de que el viento dificultaba mucho la elaboración del juego, ambos equipos lograban hilvanar una jugada de peligro tras otra.
Esos momentos fueron los más delicados para el equipo rojo. Máxime cuando los amarillos incorporaron a un nuevo jugador al partido y se pusieron con superioridad numérica. Cualquier otro equipo se hubiera descompuesto, pero los rojos juntaron líneas, apretaron los dientes en defensa y esperaron la ocasión más propicia para salir al contragolpe y ponerse en ventaja en el marcador.
Los amarillos quizás pagaron su exceso de confianza al verse con un hombre más. Poco se les puede reprochar en cuanto a actitud y profesionalidad, pero lo cierto es que perdieron el partido cuando los normal es que lo hubieran ganado.
El equipo amarillo circulaba el balón con mucho criterio, todos sus jugadores se movían e intercambiaban sus posiciones para provocar algún desajuste defensivo en el equipo rojo. Se pasaban el balón al primer toque y al pié. Jamás abusaron del pase en largo por arriba, ya que como todo el mundo sabe es una manera de regalar el balón al contrario. Se daban ánimos constantemente entre ellos sin echarse nunca en cara un mal pase o un balón perdido. En definitiva dieron una imagen de equipo unido al que le faltó la suerte necesaria para alcanzar el triunfo.
El error de los amarillos, lo que les costó el partido, fue la ansiedad y las prisas por ganar. Unas prisas que provocaron que su portero manchase una actuación sublime, por lo sobrio y concentrado que estuvo todo el partido, al abandonar su portería para apoyar la circulación de balón de su centro del campo.
Ese fue el momento que estaban esperando los rojos agazapados en su mitad del terreno de juego. Una vez que vieron la portería amarilla desguarnecida, salieron de su campo por las bandas como flechas y desarbolaron el entramado defensivo amarillo cómo y cuando quisieron. Los rojos rompieron el partido con tres goles en los únicos minutos de desconcierto que tuvieron los amarillos en el partido. Unos minutos en los que los amarillos demostraron que todavía no forman un equipo compacto y que sus últimos fichajes todavía no están plenamente adaptados al ritmo de la liga. Fue su fragilidad mental lo que les impidió intentar una nueva remontada y poner en más apuros la portería del equipo rojo.
Al final y con el partido ganado los rojos se relajaron un poco y encajaron un gol que maquilló algo el resultado final del partido. A pesar de la diferencia en el marcador los dos equipos siguieron jugando fieles a sus estilo hasta el pitido final. Los rojos sin dar un balón por perdido, todos concentrados y siguiendo a su par, para robar el balón y salir en velocidad por las bandas. Los amarillos, por su parte, con más control del balón y por consiguiente con un mayor porcentaje de posesión. Sin precipitarse en los pases y sin adornos innecesarios como tacones o sombreros. En definitiva sobrios y efectivos aunque no obtuvieron ni siquiera el premio menor de un empate.
Hasta el árbitro se sumó al buen partido y decretó al final del encuentro con antelación, para que los amarillos no sufrieran más de la cuenta una vez que bajaron los brazos y dieron el partido por perdido.
El Crack: Lima. Dio todo un curso debajo de los palos. Si no la mejor, una de las mejores actuaciones de un guardameta en toda la historia de los partidos entre el equipo rojo y el equipo amarillo. No pudo hacer nada en ninguno de los goles encajados (en ninguno). Incluso se fue antes de tiempo viendo que con uno más su equipo no podía derribar el muro de la defensa rival, a ver si siendo iguales los rojos abrían sus líneas y los amarillos conseguían acercarse en el marcador.
El Dandy: Laury. Protagonizó la mejor jugada del partido cuando a la hora de evitar el primer tanto amarillo, se tiró con todo la suelo para intentar llegar a cortar el balón. Lo hubiera conseguido de no haber tropezado con un cordón desatado de sus propias botas.
¡Vaya Día!: Luisman. Sin lugar a dudas en hombre que menos ha progresado desde que comenzó a jugar hasta el día de hoy. Si en sus primeros partidos tocaba el balón de primeras, guardaba su posición en el campo y llegaba a defender en su área y a rematar las jugadas en el área contraria. Ahora abusa del regate, se estrella una y otra vez al querer protagonizar acciones individuales y falla los pases más sencillos sin que el balón llegue a su destino.
El Duro: Chechu. No contentos los defensas rojos con imponerse casi siempre a los delanteros amarillos por sus propios aciertos en vez de por los fallos ajenos. Chechu quiso impedir el último gol amarillo, obra de Michel Casquero, tirándose al suelo en el área fingiendo ser víctima de una falta. Afortunadamente y por el bien del espectáculo, los amarillos no echaron el balón fuera y marcaron el gol.
12 comentarios:
Nota del autor de la crónica del partido:
Ahora que vamos despacio,
ahora que vamos despacio,
vamos a contar mentiras, tralará,
vamos a contar mentiras, tralará,
vamos a contar mentiras.
Por el mar corren las liebres,
por el mar corren la liebres,
por el monte las sardinas, tralará,
por el monte las sardinas, tralará,
por el monte las sardinas.
Salí de mi campamento,
salí de mi campamento,
con hambre de seis semanas, tralará,
con hambre de seis semanas, tralará,
con hambre de seis semanas.
Me encontré con un ciruelo,
me encontré con un ciruelo,
cargadito de manzanas, tralará,
cargadito de manzanas, tralará,
cargadito de manzanas.
Empecé a tirarle piedras,
empecé a tirarle piedras,
y cayeron avellanas, tralará,
y cayeron avellanas, tralará,
y cayeron avellanas.
Con el ruido de las nueces,
con el ruido de las nueces,
salió el amo del peral, tralará,
salió el amo del peral, tralará,
salió el amo del peral.
"Niño, no tires más piedras,
niño, no tires más piedras,
que no es mío el melonar, tralará,
que no es mío el melonar, tralará,
que no es mío el melonar;
que es de una señora vieja,
que es de una señora vieja,
que habita en El Escorial, tralará,
que habita en El Escorial, tralará,
que habita en El Escorial."
yo debi estar en otro partido....o me he equivocado de cronica.me da verguenza decir quien soy,yo estube alli
Yo también estuve allí. Ya sé lo que pasó, el que no fue no lo sabe y si lee la crónica que siga sin saberlo.
Además todos los periodistas se toman licencias narrativas.
Yo no sé si estuve o estube, pero creo que estuve.
Yo estuve y fue un partido fantástico, lo pasé de puta madre, por fin disfruté jugando al futbol.
koeman:explendido partido,grandioso planteamiento
el mercado de invierno,ha sido un exito,que raza,que ap-actitud...por eso no hemos ganado españa nada
Yo vi a todo el mundo muy bien físicamente, creo que también tendríamos que jugar los miércoles.
Cuando vi al viejo de la grada hacer la ola creí que se le iba a saltar el marcapasos,
Peor fue cuando cantaba la fuente de chacho, que gritos pegaba el tio!
Los de amarillo deberían hacer el pasillo a los de rojo el próximo partido, porque ya tienen ganada la liga.
Pasillo a los de rojo?
Antes muerto!!!!!!!!!!!
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