ANTIFÚTBOL TOTAL

Equipo Rojo - 8

Equipo Amarillo - 6

Equipo Rojo: César, Laury, Juan, Miguel, Ramón, Roberto, Luisman, Álvaro y Murua

Equipo Amarillo: “El Gato”, Michel, Manute, Calde, Maxi, Rubén, Eloy, Peru II y Peru I

Lección de antifútbol en el Municipal de Frajanas a las 10:30 a.m. Un partido con 14 goles, que debería haber sido una fiesta para los aficionados, en realidad fue un cúmulo de despropósitos desde el minuto 1 al 75. Por qué no contentos ambos equipos con obsequiar al respetable con un esperpento de partido durante una hora, se permitieron el lujo de continuar su “exhibición” añadiendo 15 minutos de descuento.

Es increíble que el equipo rojo, que llegó a estar por dos veces con cuatro goles de ventaja en el luminoso, estuviera a punto de tirar todo el trabajo por la borda dejándose empatar el partido en los últimos minutos. Solo un gol en el descuento les aseguró la victoria cuando los amarillos estaban volcados en ataque, buscando el empate a 7 goles.

Lo único seguro es que el equipo rojo fue el más listo y por lo tanto el justo vencedor del partido. Los amarillos quisieron arreglar en 10 minutos lo que habían estropeado en 55 y no tuvieron tiempo para lograrlo. Pero la tragedia amarilla se veía venir desde los vestuarios. Cuando su entrenador modificó la alineación inicial cambiando de portero. Manute ya tenía los guantes y el pantalón de cancerbero en su taquilla, cuando se presentó el secretario técnico del club con una nuevo fichaje. Un “presunto” guardameta profesional que en el último instante relegó al portero titular de las últimas fechas a ser jugador de campo durante una hora y cuarto.

Una decisión que se antoja decisiva en el desarrollo del partido. Pero antes de seguir con la crónica es importante aclarar que esto es un ejercicio de imparcialidad periodística. Está aún muy fresco en nuestra memoria el incidente protagonizado por Munúa y Aouate en el Deportivo de La Coruña y no es cuestión de que ahora uno de nuestros porteros critique al otro y este último la abra la cabeza en el vestuario el domingo que viene. Auque claro, si en el partido de hoy nadie se ha encarado con nadie después de tanto grito, no parece probable que por unas críticas de nada vaya a haber “ondonadas de ostias”

Decíamos pues que el entrenador amarillo se equivocó gravemente en la alineación. La prueba de ello es que al cuarto de hora su equipo perdía por 4-0 sin que el equipo rojo hubiera creado 4 jugadas de gol. Fue el propio “Gato”, portero amarillo, el que se las creó todas. Una porque se le escapó de las manos un balón fácil, otra por exceso de vista, otras por no estar colocado en su sitio y la otra ya se me confunde entre tantas que tuvo y no me acuerdo.

Los cuatro goles en contra provocaron las primeras discusiones entre los jugadores. Unos querían presionar arriba y otros mantener la posesión. Los primeros(los delanteros) pedían intensidad y los segundos (los defensas) recordaban que sin fuera de juego adelantar las líneas de presión es un suicidio deportivo. Otra gran handicap en contra de los amarillos fue agrandar el campo hasta las líneas blancas. Se les hizo el campo demasiado grande y no fueron capaces de tapar en defensa ni llegar con fluidez al ataque. Creemos que los dos descartes de última hora (por no llegar a la hora que se les dice) debieron jugar en vez de abandonar las instalaciones astillerenses.

Los rojos estaban encantados con el desarrollo del encuentro. Se gustaban, triangulaban, abrían el juego a las bandas y además sus nuevos fichajes daban la talla. Hacía mucho que no tenían una partido tan cómodo y no se sabe si por costumbre o por exceso de confianza se lo complicaron a última hora.

César se mantuvo seguro en la portería, demostrando que es importante jugar a esto con portero. Laury y Juan mantenían la posición defensiva y Álvaro, Luisman y Roberto se encargaron de la creación de fútbol en el medio campo. La responsabilidad anotadora fue misión para Murua y Ramón, una trabajo que el marcador certifica que hicieron con acierto.

El entrenador amarillo reaccionó en el ecuador del partido. Esto nos recuerda que los futbolistas conocidos como: Peru I, Peru II, Peru II y Peru IV. En realidad no son peruanos si no ecuatorianos. Un error que a estas alturas, con las fichas tramitadas en la RFEF no es posible subsanar. Estamos ante otro escándalo de pasaportes falsos como el de Álvaro y Baiano en la Unión Deportiva Las Palmas. Al equipo canario la sanción impuesta por este tema le supuso 9 puntos de sanción, así que el equipo amarillo está en vilo, a la espera de la decisión del Comité de Competición.

A lo que íbamos. Los amarillos modificaron todas sus líneas buscando una reacción que ni el rival ni ellos mismos esperaban, pero al menos tuvieron la dignidad deportiva suficiente para intentarlo. Maxi y Manute se fueron al ataque, Peru I se restrasó al centro de la defensa, el “Gato” abandonó la portería que fue ocupada por Calde y Rubén y Eloy se convirtieron en centrocampistas, el resto siguió igual (es decir, que a Michel no hubo quien le moviese del lateral derecho)

Y de ese caos táctico nació la reacción amarilla. Los goles comenzaron a llegar a su casillero aunque el riesgo era grande y los rojos rozaban el gol en cada aproximación a la portería de Calde. El equipo amarillo se llegó a poner con un 7-6 en el marcador a unas alturas a las que los rojos ya habían movido ficha. César había dejado su sitio bajo palos a Miguel y se había colocado al lado de Laury para sacar el balón en largo. En largo y alto, vamos de patapum p’arriba. Hasta el límite de que Ramón le llamó la atención por ello, nada nuevo en cualquier caso, que Ramón llame la atención a alguien.

Los últimos momentos fueron quizás lo único destacable del partido. La verdad es que en vez de un partido parecía una verbena, se debió a los nervios del resultado incierto. A que los que estaban perdidos se vieron con posibilidades reales y a que los que tenían el partido ganado se vieron con el agua al cuello, pero la recta final del partido fue un concurso de a ver quien daba el grito más alto, de a ver qué compañero tenía la culpa del balón perdido o la ocasión fallada (dando por supuesto que el “chillador” era completamente inocente de todo).

Puede que por una vez el fútbol no fuese injusto y al final, con los amarillos volcados, los rojos sentenciaron el resultado con otro gol. Ya con dos de ventaja y 15 minutos de descuento, ambos conjuntos firmaron el resultado y se fueron a comer con sus respectivas familias. Todos excepto Manute, que se fue al Don Benito a comerse unas rabas de peludín y unas croquetas de pollo, para evitar así dar una rueda de prensa quejándose de la falta de confianza de su entrenador relegándole a la suplencia en la portería amarilla. Una decisión hipócrita pero inteligente.

El Crack: Álvaro y Calde. El medio centro rojo por ser el futbolista con más criterio a la hora de tocar el balón y a la vez el más comedido en sus declaraciones. Aportando una calma necesaria tanto a la hora de jugar como a la hora de hablar. Y Calde por venir desde Madrid un fin de semana y pasar la mañana del domingo haciendo el capullo en un campo de fútbol en vez de tomar el sol en el Sardinero. Algo que en Madrid nunca podrá hacer porque allí no hay playa, ¡vaya vaya!.

El Dandy: Luisman. Ha progresado tanto en unos meses que por momentos es el mejor jugador de su equipo. Suple su falta de físico dando el balón al compañero más cercano, además profundiza muy bien por su banda y no replica cuando le martirizan sus oídos con reproches. Ahora mismo se ha convertido en un objeto de deseo de la secretaría técnica del equipo amarillo. Claro que no es un dato muy a su favor si tenemos en cuenta que la última perla del secretario técnico amarillo ha sido “El Gato”

¡Vaya Día! Michel. Mira que ha sido difícil desbancar a “El Gato” y a Peru I de este apartado. Pero Michel lo ha conseguido. Llegó casi tarde y se dio cuenta de que se había dejado los balones en el coche. No se decidió a ir a por ellos, pero cuando empezó el partido pensó que con un esférico no iba a ser suficiente e hizo un primer amago de ir hasta el coche (la distancia del coche al campo es muy superior a la distancia del coche al vestuario). A mitad de camino se dio cuenta de que dejaba a su equipo con uno menos y volvió al lateral derecho. Minutos después se reafirmó en su primera idea (o segunda) y de nuevo emprendió el camino del aparcamiento en busca de los balones. Cuando volvió su equipo había encajado dos nuevos goles y además los balones que traía bajo el brazo estaban pinchados. Por lo que no fueron declarados aptos para el partido.

El Duro. “El Gato”. Si actuación bajo los palos fue todo un poema, no le fue a la zaga su participación como interior derecho. Con un 100% de porcentaje de goles encajados en tiros recibidos, pidió el cambio para jugar en la banda derecha. Allí y todavía con el pantalón largo de portero, realizó tres entradas en tijera a tres jugadores rojos que tuvo la inmensa suerte de que Ramón no fuese ninguno de los damnificados. Hasta sus propios compañeros le reclamaron calma, pero él se defendía argumentando que dio a la pelota.

Rueda de Prensa:

Entrenador Rojo:
Mis jugadores se han puesto muy nerviosos cuando los rivales han apretado y en defensa hemos estado contemplativos cuando Maxi ha buscado los desmarques a la espalda de nuestro centrales. Al final ellos tenían tres delanteros fijos y siempre estaban solos. El resultado es justo e incluso un poco corto.

Entrenador Amarillo:
No temo a la reunión de mañana del Consejo de Administración del club. He hecho lo que he creído más correcto, si yo pido una silla y me traen una lámpara habrá que pedir explicaciones al responsable de compras. Pudimos empatar el partido pero nos faltó al suerte necesaria para ello en los últimos minutos.

Michel:
Me ha jodido un huevo ir a buscar los balones al coche, pero he ido porque así aprendo para la próxima. Aquí dejo este champú que no sé de quien es y el último día se quedó olvidado. Voy a poner un rastrillo con todo lo que os dejáis.

César:
Un leuro por persona, dos la pareja. Que nos se vaya nadie sin pagar.

Rubén:
Que mal estoy físicamente, no puedo con los huevos. No vuelvo a jugar dos partido como hice la semana pasada en la vida.

Manute:
La ropa en la bolsa de plástico cojones. Estoy hecho polvo, me voy a tomar algo

Murúa:
¡Ostias mi champú!