jueves, 28 de febrero de 2008

El Getafe a un paso de la final de Copa (publicado en www.hispalibertas.es)

El Getafe dio un paso de gigante en la segunda semifinal de la Copa del Rey. Un partido con menos nivel y emoción que el que protagonizaron Barcelona y Valencia en el Nou Camp. La eliminatoria no está sentenciada a favor del Getafe, pero el 3-1 a su favor hace muy difícil creer en la remontada racinguista en el partido de vuelta.

No es imposible que el Racing remonte el resultado, de hecho ya ganó 2-0 al Getafe en el Sardinero en el partido de la primera vuelta del campeonato liguero. Pero los vediblancos no parecen poseer suficiente arsenal ofensivo como para dar la vuelta a la eliminatoria. El fin del sueño copero racinguista parece cercano, pero si algo ha caracterizado a los cántabros desde que Marcelino se hizo con las riendas del equipo, ha sido su fe inquebrantable en los dictados de su entrenador.

Para lograr llegar tan alto como lo hizo el Getafe el año pasado, los racinguistas deberán corregir los graves desajustes defensivos que cometieron en el Coliseo Alfonso Pérez y además ser resolutivos en ataque. En un partido en que ninguno de los dos quería perder, se llevó el gato al agua el que menos falló en defensa. El Getafe marcó gol en todos los tiros que realizó entre los tres palos y el Racing hizo exactamente lo mismo. Extraño desenlace en un partido entre dos equipos, más el cántabro, que destacan precisamente por no conceder regalos a los rivales.

El tanto de De La Red, precedido de un corner inexistente, dejó en evidencia a los centrales racinguistas. Tres minutos tardaron Belenguer y Cata Díaz en imitar a Oriol y Garay, para permitir rematar a Smolarek a ras de suelo y subir el empate al marcador para el Racing. Al gol del empate le siguieron los mejores momentos visitantes sobre el césped. Con la defensa bien plantada, Duscher y Colsa empezaron a conectar con sus delanteros, especialmente con el bulliciosos Tchité. El Getafe no inquietaba la meta de Toño y la pelea transcurría en el centro del campo, abusando ambos conjuntos del balón largo para en caso de perder la posesión no verse sorprendidos en un contragolpe.

Así se llegó al descanso, sin que nada hiciera pensar en una victoria clara de ninguno de los dos equipos. Y puede que así hubiera sido si Casquero no hubiese acertado a culminar la mejor y casi la única combinación de calidad de los azulones. Gran parte del mérito del segundo gol del Geta le corresponde al desmarque de Granero, que se llevó con él a Garay dejando un pasillo enorme en el centro de la zaga racinguista por el que se coló Casquero hasta la cocina.

Nada cambió con el tanto del Getafe, en definitiva el 2-1 no era para ninguno de los dos equipos un mal resultado. Para los de casa porque al menos ganaban el partido y para los visitantes porque les dejaba abierta la puerta de la remontada en casa y con su público. Parecía que todo el mundo se conformaba con el resultado, manteniendo su portería sin sobresaltos y buscando la meta contraria casi sin querer, como a ver qué pasa.

Y pasó que, puede que por primera vez en la temporada, Marcelino se equivocó con los cambios. Metió en el campo a un todavía mermado Munitis para retirar a Tchité, su delantero más rápido y en consecuencia el más peligroso. De no mediar una lesión que a simple vista nadie vio, del congoleño del Racing, quizás lo más normal hubiera sido un cambio de cromos Munitis, Smolarek. Nada hubiera pasado si en otro fallo de los centrales racinguistas Del Moral no hubiese conectado un cabezazo que Toño, en vez de despejar a un costado, dejó muerto para que el propio Del Moral remachase el definitivo 3-1 al fondo de las mallas. Demasiado premio para un Getafe discreto y demasiado castigo para un Racing que ya no tenía ninguna pegada en su delantera. Solo una jugada a balón parado que nunca llegó hubiera podido dar algo más de vida a los racinguistas.

Ahora el viento sopla a favor del Getafe, pero el fútbol está lleno de historias increíbles y resultados imposibles. Al fin y al cabo tampoco sería un milagro que el Racing remontase el partido al calor de su afición y al son de la “Fuente de Cacho”. Bastará solo con un poco de suerte en el remate y solucionar los desajustes defensivos. Puede ser poco o mucho, según se mire y los cántabros esta temporada siempre ven el vaso medio lleno.

Pero no nos engañemos, obviamente con el resultado del partido de ida, el único que puede perder lo logrado es el Getafe. Los azulones deberán nadar y guardar la ropa en el Sardinero, jugar con un ojo en el cronómetro, no olvidarse de buscar un gol que les dé aún más tranquilidad y no ponerse nerviosos en caso de verse pronto por detrás en el marcador. Si lo hacen repetirán la hazaña del año pasado y harán historia jugando dos finales de Copa consecutivas. De lo contrario tomará el testigo histórico el Racing jugando su primera final de Copa en sus casi 100 años de vida.

Se mire por donde se mire no conviene perderse el partido del vuelta. El primer acto se ha acabado, pero para ver la obra completa hay que esperar al 19 de Marzo en Santander.



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